Este viaje lo veníamos
programando para abril de este año, pero faltaba que llegaran los papeles de la
Versys y que le entregaran la maquina señada (si bien escrito, no soñada,
porque de señarla en febrero, ya en mayo, paso a ser una pesadilla) a mi amigo Fabio.
Así que después del parto, que por otro lado nos vino bien para terminar de
fabricar las bauleras laterales, pusimos fecha de salida, miércoles 21. A las 8
de la mañana salimos de la YPF de santa teresita con los tanques llenos,
recargamos en Castelli donde tomamos la ruta 41 hasta Varadero y nos detuvimos
a almorzar en San Pedro, seguimos por la ruta 9 hasta la rp 12 que bordea
Rosario para tomar la ruta 34 hasta Rafaela donde hicimos noche en unos bungalós
en la misma rotonda de acceso al pueblo.
Esa noche era una tortura dormir boca arriba, teníamos, después de casi 900km arriba de la moto, las asentaderas a la miseria y la temperatura de casi 35 grados. Al otro día la cosa había mejorado, un poco, salimos con rumbo a santiago del estero, por una ruta cuyo único entretenimiento era ver que turbulencia hacia cada tipo de camión según la carga que traían y los aditamentos aerodinámicos que les colocan los choferes. Les comento que al llegar a Santiago del Estero comprobamos la eficacia de tener un parabrisas alto, yo le fabrique uno de49 cm aprox y solo recibí el impacto de dos bichos en el
casco, en cambio Favio con el parabrisas original, los bichos los colecciono en
el casco. Almorzamos en Santiago del estero, con un calor agobiante, proseguimos
hasta las termas de Rio Hondo donde hicimos un pis stop y nos quitamos las
camperas pues el calor no se soportaba, nos costo tomar la decisión por que a
pesar del calor no nos queríamos sacar las camperas por el tema de las
protecciones que traen, pero ya era demasiado.
Seguimos viaje entrando en la provincia de Tucumán, ya se empezaba a ver todo más verde, así que entre cañaverales llegamos a Monteros, de allí comenzamos a transitar la ruta 307, hermosa llena de curvas y contra curvas subiendo hacia Tafi del Valle en medio de una vegetación exuberante.Hicimos noche en Tafi, y lo que les recomiendo no dejen de probar las empanadas de “el rancho de Félix”, que después de semejante tirón de kilómetros, acompañaron a un riquísimo locro al que no le faltaba nada. Consejo, si tienen que comprar algún recuerdo háganlo temprano porque a las 20 hs cierran todos los negocios, solo quedan las casas de comidas abiertas. Por la mañana del tercer día salimos con rumbo a Cafayate, subiendo por el Abra del Infiernillo (el nombre no sé si viene por el estado de la ruta o por el frio que hacia) donde se tiene una vista hermosa del valle de Tafi y se ve el dique La Angostura, la primera parada la hicimos en el museo de la Pachamama, una hermosa construcción de un artista que utilizo piedras del lugar de múltiples colores.
De allí a unos pocos km visitamos las ruinas de los indios Quilmes, un hermoso lugar que vale la pena recorrer, en la base de un cerro una serie de construcciones antiquísimas, se accede con una simple colaboración. Seguimos rumbo a Cafayate, donde nos esperaban unos ricos tamales y una cazuela de cabrito, un manjar digno de recomendar, aquí les recomiendo tomarse el día para recorrer las bodegas que las hay y de las mejores, pero como queríamos seguir en el camino las obviamos por miedo a enderezar alguna curva. Seguimos rumbo a Cachi, por la ruta 40 que en algunas partes parecía un sendero entre chacras, polvoriento y con mucho serrucho, pero los paisajes justifican hacerla, paramos cada 5 minutos porque cada curva es una postal distinta.
Llegamos al atardecer a Cachi, nos alojamos en un hotel en el que el dueño mediante un tablón nos permitió guardar las motos en el patio central donde las podíamos ver. Después de sacarnos la tierra de encima hicimos la primera revisión a las maquinas para ver que el duro ripio de la 40 no haya aflojado nada, los carenados ok, bauleras ok, aceite ok, agregamos un poco de refrigerante a ambas motos, y cuando veo el cubre cárter, noto que faltaba un tornillo, nooo, faltaban 5 de los 6 que lleva, de confiado utilice los tornillos originales, sin Grover, por suerte en un lubricentro conseguí tornillos de 6mm y arandelas Grover, además le puse fastix en la rosca, y con eso no se movió mas. Entablamos amistad con extranjeros que son muchos en esta zona, y a los cuales volvimos a cruzar en distintos lugares, pues todos hacen el mismo circuito.
Esa noche era una tortura dormir boca arriba, teníamos, después de casi 900km arriba de la moto, las asentaderas a la miseria y la temperatura de casi 35 grados. Al otro día la cosa había mejorado, un poco, salimos con rumbo a santiago del estero, por una ruta cuyo único entretenimiento era ver que turbulencia hacia cada tipo de camión según la carga que traían y los aditamentos aerodinámicos que les colocan los choferes. Les comento que al llegar a Santiago del Estero comprobamos la eficacia de tener un parabrisas alto, yo le fabrique uno de
Seguimos viaje entrando en la provincia de Tucumán, ya se empezaba a ver todo más verde, así que entre cañaverales llegamos a Monteros, de allí comenzamos a transitar la ruta 307, hermosa llena de curvas y contra curvas subiendo hacia Tafi del Valle en medio de una vegetación exuberante.Hicimos noche en Tafi, y lo que les recomiendo no dejen de probar las empanadas de “el rancho de Félix”, que después de semejante tirón de kilómetros, acompañaron a un riquísimo locro al que no le faltaba nada. Consejo, si tienen que comprar algún recuerdo háganlo temprano porque a las 20 hs cierran todos los negocios, solo quedan las casas de comidas abiertas. Por la mañana del tercer día salimos con rumbo a Cafayate, subiendo por el Abra del Infiernillo (el nombre no sé si viene por el estado de la ruta o por el frio que hacia) donde se tiene una vista hermosa del valle de Tafi y se ve el dique La Angostura, la primera parada la hicimos en el museo de la Pachamama, una hermosa construcción de un artista que utilizo piedras del lugar de múltiples colores.
De allí a unos pocos km visitamos las ruinas de los indios Quilmes, un hermoso lugar que vale la pena recorrer, en la base de un cerro una serie de construcciones antiquísimas, se accede con una simple colaboración. Seguimos rumbo a Cafayate, donde nos esperaban unos ricos tamales y una cazuela de cabrito, un manjar digno de recomendar, aquí les recomiendo tomarse el día para recorrer las bodegas que las hay y de las mejores, pero como queríamos seguir en el camino las obviamos por miedo a enderezar alguna curva. Seguimos rumbo a Cachi, por la ruta 40 que en algunas partes parecía un sendero entre chacras, polvoriento y con mucho serrucho, pero los paisajes justifican hacerla, paramos cada 5 minutos porque cada curva es una postal distinta.
Llegamos al atardecer a Cachi, nos alojamos en un hotel en el que el dueño mediante un tablón nos permitió guardar las motos en el patio central donde las podíamos ver. Después de sacarnos la tierra de encima hicimos la primera revisión a las maquinas para ver que el duro ripio de la 40 no haya aflojado nada, los carenados ok, bauleras ok, aceite ok, agregamos un poco de refrigerante a ambas motos, y cuando veo el cubre cárter, noto que faltaba un tornillo, nooo, faltaban 5 de los 6 que lleva, de confiado utilice los tornillos originales, sin Grover, por suerte en un lubricentro conseguí tornillos de 6mm y arandelas Grover, además le puse fastix en la rosca, y con eso no se movió mas. Entablamos amistad con extranjeros que son muchos en esta zona, y a los cuales volvimos a cruzar en distintos lugares, pues todos hacen el mismo circuito.
Al otro día (4), la
idea era seguir por la ruta 40 hasta la Poma y de allí hasta San Antonio de los
cobres, (objetivo del viaje), pero los lugareños nos advirtieron del mal estado
del camino y que había hielo en el abra de Acay (4800 mt snm) así que tomamos
camino hacia Salta por la ruta 33. Nos encontramos con el Abra Piedra del Molino
a 3348 msnm, y unos hermosos caracoles que descendían hasta los 1600 mt con
unas vistas maravillosas, pues esta ruta
corta la cadena montañosa, donde la ladera occidental es seca y la
oriental es húmeda con una vegetación exuberante, donde el camino va bordeando
el rio negro, al cual cruza infinidad de veces, entregándonos unos paisajes
dignos de visitar como la cueva del gigante, donde la montaña cubre la ruta
formando un techo.
Llegamos a Campo Quijano con una leve garua que al terminar de almorzar ya se había retirado, no siendo necesario desenfundar el equipo de agua. A partir de aquí hicimos unos180 km acompañando la traza del Tren de las Nubes
por un camino el cual tiene unos 20km iniciales de ripio al cual nos habíamos
resignado, pero nos llevamos una sorpresa al encontrarnos con asfalto del mejor
por casi 120 km ,
fue un descanso para nuestros cansados cuerpos y en el cual aprovechamos a
darle mas acelerador para sumar kms, a casi 20 kms de San Antonio de los
Cobres, el asfalto se termina y empieza una verdadera autopista de ripio con un
serrucho leve en una planicie a 3500 msnm, que nos permitía ir a 90/100 kph
planeando sobre el serrucho. Arribamos a SA de los Cobres a las 5 pm, una
improvisada oficina de turismo nos aconsejo un alojamiento, sin muchas
estrellas le habíamos pedido, y nos alojamos en un hotel -3 estrellas, para que
se den cuenta el lobby era el comedor cocina del propietario, en la habitación
con baño privado que nos ofreció tenia el lavarropas de ellos, sentíamos que le
habíamos usurpado la pieza a los hijos del matrimonio, toda una experiencia, lo
importante era tener una ducha caliente y una buena cama. Cenar, todo un desafío,
de los dos “restaurantes” que habían, nos indico la gente donde estaban porque
desde afuera parecían casas, el menú, milanesas o milanesas, la nube de aceite
frito hasta el día de hoy la siento impregnada en la ropa. El caminar por esa
ciudad se complicaba, la falta de oxigeno por la altura justificaba el estilo
de vida tranquilo de esta gente. Dormir fue un tormento para Favio, que a la
madrugada no daba mas del dolor de
cabeza, a mi me ataco por el lado del insomnio , que a pesar de estar cansado
por lo duro del camino no podía pegar un ojo a pesar de ser las 2 de la
mañana.Al otro dia, un te de coca
servido por el room service, mejoro las cosas.
Temprano partimos al Viaducto de la Polvorilla a unos18 km
, pero al llegar tuvimos que esperar hasta las 10,30 de la mañana a que saliera
el sol detrás de los cerros para que iluminara esa impresionante estructura. Sacamos
las fotos de rigor y de regreso a SA de los Cobres pasamos por una vertiente de
aguas termales, donde se ven las ruinas de una antigua explotación, piletones,
bañaderas, cañerías donde brota el agua a unos 30 grados, no explicándonos el
abandono y la no explotación de ese recurso turistico. Apuntamos el GPS rumbo a
las salinas por la ruta 40, por una llanura serpenteada por un pequeño arroyo,
con el peor ripio y serrucho que hayamos visto en todo el recorrido, en partes había
tramos de talco, arena, en otras un pedregullo en el que dijimos, lo que no se rompió ahora no se rompe nunca
mas. La altura del serrucho era de unos 12 a 15 cm teníamos que ir a 90 o 100 kph para
planear sobre los picos del serrucho, esta fue la mejor escuela de ripio para Fabio
que venia de un cuatri fourtrax 300, y paso al transalp. Después de un parto de
180 km
llegamos a las salinas, un paisaje indescriptible, esa superficie de kms y kms
de sal blanca, nos dejo sin palabras, ver un restaurante donde todo esta hecho
en sal (paredes, mesas, sillas) y unos artesanos en medio de la salina
vendiendo esculturas hechas de sal rodeados de la nada.
No olvidar llevar anteojos de sol, es enceguecedor el resplandor. Encontrándonos con el restaurant de sal cerrado nos dirigimos a unos 80 km a la ciudad de Purmamarca , pasando previamente por la cuesta del Lipan, la más asombrosa colección de curvas, un paso cuya parte más alta esta a 4170 msnm y desciende a unos 1600 msnm, con unos caracoles que se pierde la cuenta la cantidad de curvas que tiene, y con un asfalto hermoso y nuevo, hay que ir. A las 16 llegamos a Purmamarca un pueblito rodeado de hermosas montañas de colores y parece sacado de un libro de historia, con una muy comercial feria de artesanos y buenas casas de comidas. Después de comer partimos hacia Jujuy, para hacer noche. Para esquivar el trafico del centro decidimos buscar alojamiento sobre la ruta que bordea la ciudad, no lo encontramos así que seguimos unos kms mas hasta El Carmen donde hicimos noche, para encarar al otro día la ruta 9 que en ese tramo se conoce mas como el Camino de Cornisa. Por la mañana iniciamos el camino a Cafayate una por ruta de una mano, espectacular en medio de la selva con unos zigzag hermosos para acostar la moto de un lado al otro, imperdible. Al llegar a Salta la ruta cruza la ciudad al medio. Conozco ciudades, pero el trafico de Salta es infernal, la cantidad de scooters es infernal y es un vale todo, de nada vale ir despacio porque te encierran, se te cruzan, no existen las reglas.
Llegamos al mediodía a Cafayate para disfrutar un buen almuerzo frente a la plaza, luego como era temprano decidimos seguir hasta Tafi, puesto que era una ruta que ya habíamos transitado y no tendríamos que parar a cada rato para las fotografías de rigor. Los 180 km que faltaban se pasaron volando, hicimos noche en Tafi, y ya empezamos a gastar en souvenirs para los familiares. Por la mañana salimos rumbo a La rioja, pasamos primero por Catamarca, donde la ruta de circunvalación esta en construcción, y también hay que entrar en la ciudad para continuar el viaje ala Rioja donde llegamos a las
15 hs. Nos costo conseguir alojamiento. Aprovechamos la tarde para recorrer el
hermoso centro y sus peatonales. Y algo que nos llamo la atención, fue la
importancia que le dan al gran parque de motos que tienen, contando con estacionamientos
exclusivos para motos, y otros también
en la calle con abonos mensuales según la cilindrada, ja ja.
El otro día nos despertó una llovizna, que nos hizo estrenar los trajes de agua, los cuales pusimos arriba de las camperas, pues preferíamos parecer matambres que perder la protección que nos daban las camperas. Después de10 km se termino la lluvia, y de levanto un
viento helado cruzado muy fuerte casi
por 250 km
donde los consumos de combustible se dispararon enormemente. Al llegar a Villa
de Soto, paramos para almorzar y nos encontramos con un cartel que decía “menú
del día guiso de lentejas”, nos lo mando Dios, subimos las calorías que a esta
altura venían por el piso. Después de quedar pipones, volvimos a la ruta, y a
los pocos kms empezó a nevar, y cada vez mas, hasta que llegamos a Mina Clavero
donde ya estaba todo pero todo blanco. Después de ver varios accidentes donde
intervinieron los bomberos, bajamos la velocidad a 40 km-h porque notábamos que
al frenar con la rueda trasera las motos deslizaban la cola, indicio que no teníamos
adherencia en caso de un frenaje brusco, los km se hicieron interminables.
Llegando a villa Dolores, ya alejados del cordón serrano amaino la nieve y la
ruta ya estaba limpia, con las manos
congeladas hicimos los últimos 70
km hasta Merlo, donde nos esperaba mi madre con un chocolate
caliente y la estufa a fondo para recuperar la temperatura.
Al otro día esperando una gran nevada como la ocurrida el día anterior, el tiempo nos dio la sorpresa de amanecer con un sol espectacular pero con un frio imposible. Al cruzar un badén no advertí que estaba congelado, y casi estreno la versys contra el piso, se me fue la rueda delantera y con un movimiento que no se todavía como hice, tracciono la rueda trasera y se enderezo. Tomamos la ruta hacia La Punilla con todos los campos alrededor cubiertos de nieve y con un viento helado, que recién aflojo al llegar a rio Cuarto, donde almorzamos. En un par de horas estábamos en Venado Tuerto, donde visitamos a otros amigos que también compraron motos, y están haciendo buena letra para que las respectivas esposas les den permiso para venir el año que viene al próximo viaje, Machu Pichu. Durante la tarde recorrimos el centro de Venado Tuerto, y por la noche nos invitaron a un riquísimo matambre a la pizza. Nos fuimos a dormir temprano, porque el viento helado y constante de la mañana nos había agotado.
Llegamos a Campo Quijano con una leve garua que al terminar de almorzar ya se había retirado, no siendo necesario desenfundar el equipo de agua. A partir de aquí hicimos unos
Temprano partimos al Viaducto de la Polvorilla a unos
No olvidar llevar anteojos de sol, es enceguecedor el resplandor. Encontrándonos con el restaurant de sal cerrado nos dirigimos a unos 80 km a la ciudad de Purmamarca , pasando previamente por la cuesta del Lipan, la más asombrosa colección de curvas, un paso cuya parte más alta esta a 4170 msnm y desciende a unos 1600 msnm, con unos caracoles que se pierde la cuenta la cantidad de curvas que tiene, y con un asfalto hermoso y nuevo, hay que ir. A las 16 llegamos a Purmamarca un pueblito rodeado de hermosas montañas de colores y parece sacado de un libro de historia, con una muy comercial feria de artesanos y buenas casas de comidas. Después de comer partimos hacia Jujuy, para hacer noche. Para esquivar el trafico del centro decidimos buscar alojamiento sobre la ruta que bordea la ciudad, no lo encontramos así que seguimos unos kms mas hasta El Carmen donde hicimos noche, para encarar al otro día la ruta 9 que en ese tramo se conoce mas como el Camino de Cornisa. Por la mañana iniciamos el camino a Cafayate una por ruta de una mano, espectacular en medio de la selva con unos zigzag hermosos para acostar la moto de un lado al otro, imperdible. Al llegar a Salta la ruta cruza la ciudad al medio. Conozco ciudades, pero el trafico de Salta es infernal, la cantidad de scooters es infernal y es un vale todo, de nada vale ir despacio porque te encierran, se te cruzan, no existen las reglas.
Llegamos al mediodía a Cafayate para disfrutar un buen almuerzo frente a la plaza, luego como era temprano decidimos seguir hasta Tafi, puesto que era una ruta que ya habíamos transitado y no tendríamos que parar a cada rato para las fotografías de rigor. Los 180 km que faltaban se pasaron volando, hicimos noche en Tafi, y ya empezamos a gastar en souvenirs para los familiares. Por la mañana salimos rumbo a La rioja, pasamos primero por Catamarca, donde la ruta de circunvalación esta en construcción, y también hay que entrar en la ciudad para continuar el viaje a
El otro día nos despertó una llovizna, que nos hizo estrenar los trajes de agua, los cuales pusimos arriba de las camperas, pues preferíamos parecer matambres que perder la protección que nos daban las camperas. Después de
Al otro día esperando una gran nevada como la ocurrida el día anterior, el tiempo nos dio la sorpresa de amanecer con un sol espectacular pero con un frio imposible. Al cruzar un badén no advertí que estaba congelado, y casi estreno la versys contra el piso, se me fue la rueda delantera y con un movimiento que no se todavía como hice, tracciono la rueda trasera y se enderezo. Tomamos la ruta hacia La Punilla con todos los campos alrededor cubiertos de nieve y con un viento helado, que recién aflojo al llegar a rio Cuarto, donde almorzamos. En un par de horas estábamos en Venado Tuerto, donde visitamos a otros amigos que también compraron motos, y están haciendo buena letra para que las respectivas esposas les den permiso para venir el año que viene al próximo viaje, Machu Pichu. Durante la tarde recorrimos el centro de Venado Tuerto, y por la noche nos invitaron a un riquísimo matambre a la pizza. Nos fuimos a dormir temprano, porque el viento helado y constante de la mañana nos había agotado.
Al otro día luego de un opíparo desayuno, cargamos los bártulos en las motos, nos despedimos de nuestros amigos que nos hospedaron y partimos para hacer los últimos 800 km que nos separaban del final de nuestro viaje. Luego de pasar los 60 semáforos que tiene Venado Tuerto sobre la ruta 8 tomamos la ruta rumbo a San Antonio de Areco, donde teníamos pensado hacer un alto para almorzar. Ya la marcha a esta altura del partido se había acelerado, las ganas de llegar nos permitió ir a 140 kph y así los km pasaban mas rápido considerando que ya era territorio conocido. Tipo 4 de la tarde llegamos a Las toninas de donde es oriundo Fabio. Nos alegramos de haber llegado sanos y salvos, sin ningún tipo de inconveniente, sin pinchadura alguna, todo salió como se planeo, nos despedimos ya pensando en la gran travesía del año que viene para lo cual este viaje lo consideramos un entrenamiento.
Para los que estén pensando ir para aquellos lados les comento que combustible hay en todos lados, el precio es el mismo en todos lados, en YPF es más barata, pero en ciertos pueblos cobran un derecho de uso de playa y cobran 20 centavos mas por litro de combustible. El alojamiento es realmente barato, las habitaciones con baño privado, tenían un precio que ivan desde los $15 el mas económico hasta los $ 45 el más caro en pleno centro de La rioja con desayuno y tv, ni vale la pena cargar la carpa. En cuanto a la comida los platos iban desde los $ 18 un locro a unos $ 45 una cazuela de cabrito en el restaurant más paquete de Purmamarca. El gasto total del viaje fue de $1800 de los cuales $800 fueron combustible, el resto fue comida y alojamiento, de un total de 9 días.
Las motos gastaron un promedio de 6 litros cada 100 km yendo a 130 kph y de 7litros yendo a 140. Las dos gastaron lo mismo, la versys en cada carga de combustible cargaba 2 o 3 pesos menos, pero si consideramos que es 650cc contra los 700cc del transalp el gasto fue el mismo. A la transalp lo único que se le agrego, son los valijones, en cambio a la Versys le hice un par de cambios para volverla bien trialera, cambio de neumáticos, parabrisas, defensa lateral, bauleras de aluminio, posa pie delantero (un éxito), cubre cárter de fibra, guardabarros trasero y delantero, con todo esto quedo para ir a cualquier parte.
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